Este texto me ha gustado e impresionado muchísimo y me sentí en la obligación de compartir lo que han escrito otros con aquellos que aún se dignan a leer este modesto y, vez u otra, olvidado blog. Estas palabras me han hecho pensar y creo que el que las lea tendrá que hacer lo mismo. Pertenezcamos a la clase profesional que pertenezcamos, tenemos que estar seguros de lo qué queremos y amar lo que hacemos…¡Ahí va y aprovechen!
Vivir la clase: ese es el secreto (por Mario Núñez – Blog DigiZen)"Pero en cuanto educadores no nos queda más remedio que ser optimistas, ¡ay! Y es que la enseñanza presupone el optimismo tal como la natación exige un medio líquido para ejercitarse. Quien no quiera mojarse, debe abandonar la natación; quien sienta repugnancia ante el optimismo, que deje la enseñanza y que no pretenda pensar en qué consiste la educación. Porque educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas (símbolos, técnicas, valores, memorias, hechos…) que pueden ser sabidos y que merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento. (FernandoSavater, El valor de educar).Vivir la matemática quiere decir ver los números en el portal de cada casa, leer la grafía de las líneas de metro, sumar las facturas del gas, coger un cubo de cartón y pintarle seis caras diferentes pero divertidas, quiere decir apretar teclas, mirar películas matemáticas, pensar que el 11 es un buen amigo y que al profe de mates le gusta bailar rock, creer que Pitágoras era un genio y disfrazarse de pitagórico, escribir un poema dedicado al infinito y enamorase de una curva. Se trata, en definitiva, de realizar el aprendizaje matemático dibujando, riendo, llorando, sudando en una excursión o montados en un barco. Tal como se vive cualquier aspecto de nuestra vida”. (Alsina, Claudi y otros. Enseñar matemáticas)Leyendo el excelente blog de EduMate Perú del profesor Carlos Torres, encuentro uno de sus escritos en donde discute dos elementos esenciales para ser un educador efectivo: ser optimista y vivir la clase. Y es que hay tanto pesimismo en el aula y tantos pocos profesores que viven su clase, que lo sorprendente es que los estudiantes sigan aprendiendo. Si se llega a la sala de clase con la convicción de que los estudiantes no van a aprender, no es mucho lo que se puede lograr. Si se enseña de forma mecánica, con poco corazón y sin pasión, pues es de esperar que nuestros estudiantes no comprendan el valor de ese conocimiento y no tengan la motivación necesaria para aprender.
Sacar buena nota en una clase no es motivación suficiente para muchos. Recomendamos que en los procesos de reclutamiento de profesores se añadan las siguientes preguntas: ¿Eres optimista como educador? ¿Vas a vivir tus clases? Si la contestación es negativa, pues ya sabemos que tenemos que continuar con la búsqueda.
Gracias a Mario Núñes, quien siempre nos brinda con excelentes textos y comentarios.
1 comentario:
Paulina, você é fera em espanhol???
Estamos precisando de alguém fera em Espanhol para uma campanha na américa latina...
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